9/7/15

Amemos al pan

Ooooh (suspiro)... El pan... Amado por muchos y evitado por otros que afirman que engorda. Pero ese no va a ser el tema de la entrada. En esta ocasión quiero centrarme sobretodo en su historia, la cultura que lo rodea y su gran variedad.


El pan nos ha acompañado desde tiempos prehistóricos. Hay constancia de que para los egipcios era un bien tan preciado que lo usaban para pagar los jornales. También se sabe que la dieta básica de los legionarios romanos se basaba en aceitunas y pan (no me importaría comer eso todos los días), y que en la antigua Roma disponían de hornos públicos dedicados a su elaboración. Tras la caída del Imperio romano hubo un desabastecimiento de trigo en el resto del continente, y como consecuencia, en Escandinavia comenzaron a elaborar panes de centeno y cebada. Entrados en la Edad Media se popularizó el consumo de panes negros (cebada, centeno, avena, etc.), dejando al pan blanco como un privilegio para los más acomodados. Gracias a la evolución de las técnicas de elaboración hemos sido capaces de crear casi infinidad de tipos de pan.


Antiguos egipcios cosechando trigo.

Desgraciadamente, con el paso del tiempo su importancia se ha relegado a un segundo plano y su producción se ha "sobreindustrializado". Muchos son los que ignoran el potencial de esta mezcla de harina de semillas, agua, sal y levadura. Además el ciudadano de a pie se ha encasillado en la barra de pan blanco (conocida como baguette o pistola dependiendo la región), el pan de molde y el pan integral (que muchos de integral solo tienen el nombre).

Hace unos pocos años para acá gracias a la gran "cultura panera" de Alemania y a las "boulangeries" francesas comenzamos a descubrir (o redescubrir) la gran variedad existente. Pero siempre tiene que haber listos que se aprovechan cuando la demanda de un producto es alta. Es el caso de las cadenas panaderas que han invadido nuestro país de arriba a abajo. Y lo peor es que hay gente que acude asiduamente a pesar de la información que tenemos. Son unos desalmados que con tal de vender son capaces de mentir y afirmar sin ningún pudor que sus panes son artesanales (¡JA!). Esto no lo digo desde el desconocimiento, ya que una de las pocas veces que entré en uno de estos establecimientos sin saber todavía de qué se trataba, me dijeron lo siguiente "Está recién hecho, lo acabo de sacar del horno".

Se instalan cerca de panaderías de toda la vida asfixiándolas y provocando su cierre. 
(Foto tomada en Las Palmas de Gran Canaria)
Todo ese párrafo viene a cuento por lo siguiente. Soy residente canario, de la isla de La Palma, aunque por mis estudios estoy en Barcelona (cuna de estas panaderías "artesanales" low-cost), y hablando con Pato (Patricia) me he enterado de la inauguración de una de estas en plena Calle Real (calle más importante de Santa Cruz de la Palma). Y cómo no, está siempre tan llena como todas. Me entristece muchísimo que una vez más los palmeros se muestren a favor de este tipo de cadenas. Ya lo hicieron hace dos años con la apertura de una famosa franquicia de hamburgueserías. Esto último lo puedo llegar a entender por el hecho de la inexistencia de restaurantes enfocados al público infantil. Pero el tema del pan me ha dolido. ¿Cómo puede verse atraído por estos establecimientos un lugar que cuenta con un considerable número de panaderos artesanos (de esos que realmente se levantan a las 4 para amasar) que nos ofrece una altísima calidad de panes y de muchas clases? Además, estos panes de calidad los encontramos en muchísimos comercios y hasta en los supermercados de la isla gracias a su trabajo por darse a conocer. ¿Realmente merece la pena consumir productos nocivos por el simple hecho de que son baratos?

Que conste que he puesto el ejemplo de mi isla porque considero que conozco de primera mano el trabajo artesanal de los panaderos locales. Pero estoy seguro de que si en una isla tan alejada del continente hay alternativas tan interesantes, también las habrá en vuestras localidades. Y si por casualidad no encontrarais nada, ¿por qué no probáis a hacer vuestro propio pan?

El pan es un alimento muy versátil con el que elaborar muchísimas recetas. Torrijas, pan árabe relleno, pretzel, paninis, rollos de pan, pudín de pan... ¡Vamos! ¡Quién no come pan es porque no quiere!

Con esta entrada espero haber despertado en vosotros la ilusión por el buen pan. Recordad leer las composiciones de los panes que vayáis consumiendo y así sabréis cuáles son vuestras harinas favoritas. Para los que no conocíais el mundillo del pan seguro que no volveréis a ver este alimento de la misma manera. La próxima vez que consumáis uno bueno seguro que estaréis atentos a sabores, texturas y aromas que probablemente nunca os habíais parado a apreciar. 

Un fuerte abrazo y hasta la próxima.

PD: A echarse unas risas...


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